Diez millones de afiliados.
Crece inconformidad en Morena por impresentables que se afilian.
Por Lionel Funes/
Poder y Partidos
Desde que el hijo del expresidente AMLO tomó el control de Morena las cosas en dicho partido empezaron a tomar un nuevo rumbo, en el cual Luisa María Alcalde, no es más que una figura decorativa.
Desde la secretaría de organización del CEN guinda, el hijo transmitió la orden del habitante de La Chingada que indicaba que deberían ir a una campaña para lograr la afiliación de diez millones de mexicanos. No importa ni el cómo, ni el cuándo y mucho menos el quién. La orden es afiliar y afiliar.
Desde la comodidad del retiro post sexenio, el expresidente López comunicó a sus cercanos la decisión de que su vástago será su heredero político y al que todos deben rendir pleitesía y someterse.
El primer paso fue la edición del primer spot del hijo de AMLO, en el cual, como lo dijimos en nuestro anterior texto, se convirtió en la figura central de dicho anuncio, en el cual la presidenta y todos los morenistas le rinden pleitesía y distinguen como el verdadero líder y a Luisa Alcalde, como simple figura decorativa.
Ahora, con la misión de afiliar sin ton ni son, y con tal de cumplir el deseo del tlatoani están empeñados en demostrar que hay miles de mexicanos -hasta llegar a los diez millones- a los que deben meter a su redil para usarlos a su conveniencia y como mágico slogan propagandístico repetir a diestra y siniestra que son el partido con más afiliados en el mundo.
Para lo anterior, ningún parámetro ético importa. Por ello, la afiliación de personajes ligados directamente con los que ahora persigue Donald Trump, de acusadores de corrupción, de supuestos violadores, de vender votos, de pseudo líderes de comerciantes, de dirigentes del PRI, militantes del PAN y decenas de burócratas obligados a afiliarse.
Aquí algunos ejemplos:
Rubén Rocha, el gobernador sinaloense testigo y actor del conflicto que mantiene a Sinaloa en un mar de sangre desde el secuestro del Mayo Zambada y el conflicto con los chapitos.
Obviamente, nada de eso importa y el hijo de AMLO posó con él entregando su credencial.
Los Yunes. Los judas veracruzanos que vendieron su voto por unas monedas de impunidad, para permitir la aprobación de la nefasta reforma judicial.
La misma gobernadora morenista pide al partido no sea aceptado.
Cuauhtémoc Blanco. Acusado de corrupción en Morelos por la propia gobernadora guinda, además de cargar con la acusación de violentar a una media hermana y de que la Fiscalía de Morelos ha pedido su desafuero.
Alejandro Murat. Ex gobernador de Oaxaca, cacique, mapache electoral y corrupto personaje del PRI. Hijo de exgobernador del mismo nombre y de gran cuestionamiento por su oscura carrera amparado por el PRI.
Incluso, los diputados locales; además del gobernador Salomón Jara, rechazan su afiliación.
Chyntia López Castro. Senadora por la Ciudad de México que traicionó a sus electores y al PRI al llegar a su cargo engañando a la población señalando que Morena era Nefasto y corrupto.
Decisión que le ha costado recordatorios e insultos en su propia página de facebook, como aquí se puede ver:
Foto: www.facebook.com/cynthialopezc1/
La búsqueda de los diez millones de afiliados es una operación que implica al partido, al senado, a la cámara de diputados y a todo el gobierno para que el hijo del expresidente siga con paso firme rumbo a la candidatura presidencial en el 2030.
Y esto, apenas comienza.