Duro golpe a la izquierda en Ecuador.
Pierde por sus propios errores y mala estrategia.
Lionel Funes/
Poder y Partidos
Ecuador resolvió de manera contundente la disputa por la presidencia de la República.
El presidente Noboa resultó reelecto por un porcentaje contundente de votos, superior al 53 por ciento, lo que lo hace incontrovertible y más de un millón de votos de diferencia.
Sólo alguien mal de la cabeza -o víctima del fanatismo- puede no reconocer el resultado. Aún y cuando sea la candidata opositora y derrotada quien haga afirmaciones absurdas pretendiendo desvirtuar el triunfo del presidente.
Le invito amable lector a que vea y escuche usted mismo, el video de la locura expresada por la candidata socialista, la noche del domingo.
Al verlo, descubrirá uno de los más desarticulados e infundados discursos post electorales; no sólo de la historia ecuatoriana sino latinoamericana.
Esa postura demuestra la falta de vocación democrática de la candidata y del llamado “correísmo” que, en los hechos sólo balbucea sin fundamento alguno la palabra fraude; un fraude inexistente frente a la realidad de los miles de votos a favor del presidente Noboa.
Hubo, del lado de la llamada “Revolución Ciudadana” varios errores estratégicos; para empezar la unión forzada con el movimiento indígena que en los gobiernos de ese partido y concretamente de Rafael Correa fue perseguido, atacado e insultado. Ahora, de manera absolutamente pragmática se unieron para la segunda vuelta, provocando primero, la partida en dos del Pachakutik (Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakuti) y segundo, el desprecio popular que esa alianza.
Aquí puede ver un ejemplo de la forma como les trataba, burlaba e insultaba:
Pensaban que al haber estado cerrada la primera vuelta entre Noboa y la candidata González sería suficiente el raquítico apoyo que Pachakutik obtuvo en esa primera vuelta para “pasarle” los votos y ganar.
Sólo los ingenuos les creyeron, eso sí, impulsados por toda una narrativa de la prensa y redes sociales correístas, que mentía diciendo que era una “gran alianza”.
El tema que también le hizo perder votos -y la presidencia- fue el hecho de no desmarcarse de Maduro, el tirano venezolano, el no tener el valor de acusarlo y denunciarlo como lo que es; es decir un régimen de izquierda fracasado, intolerante, antidemocrático y asesino. En cambio, la candidata y sus voceros divagaron y nunca fueron claros en el punto, a sabiendas de que les une un lazo muy fuerte y en el fondo son lo mismo; la propuesta del “socialismo del siglo XXI” totalmente fracasada.
Por otra parte, y para muchos la principal causa, fue el hablar en contra de la dolarización de la economía ecuatoriana, cuando es este tema un asunto que prácticamente toda la población económicamente activa y los sectores del comercio y empresariales ven siempre con buenos ojos. Se dieron un tiro en el pie. Obviamente perdieron.
Esas y otras más son las causas de la derrota de los correístas o socialistas ecuatorianos, que en su desesperación orillaron a la candidata a pronunciar ese discurso ya catalogado líneas arribas por un servidor como vergonzoso.
Por el lado del presidente, brevemente diré que, fue capaz de leer que su ventaja se ensancharía reforzando su estrategia económica, fortaleciéndose en el tema de seguridad y advirtiendo a la población que regresar al Correísmo era mandar de regreso a Ecuador a la ruta del fracaso del vecino venezolano.
Ante lo ya descrito, los ecuatorianos eligieron bien y le dieron, ahora ya el mandato para un período presidencial completo a Noboa, quien ahora sí tendrá tiempo de cumplir lo prometido, sin pretextos o fracasar.
Por el bien de Ecuador esperemos le vaya bien.